Carta del Director
La Solidaridad no solo se agradece: se retribuye
Sergio Laurenti
Director Ejecutivo de GN Chile
Cuando desde Good Neighbors proponemos buenos cambios para un mejor futuro, de los que estamos hablando es de ofrecer experiencias educativas que ayuden a desarrollar las habilidades socioemocionales de niñas y niños, que les brinden una mirada amplia hacia un mundo de oportunidades que -frecuentemente- no están al alcance de quienes crecen en condiciones vulnerables o en zonas aisladas.
La educación para la solidaridad es un proceso intencional, que comienza en cualquier etapa de la vida humana. La experiencia muestra que se arraiga y desarrolla mejor desde una temprana edad, sobre todo cuando se basa en una genuina confianza en la capacidad de niñas y niños de actuar movidos por la compasión, la empatía y el deseo de hacer el bien. En esencia, allí está la fuente de la solidaridad. Inspiración para ponernos en el lugar de otras personas, sensibilidad ante las situaciones que vivimos y que se pueden mejorar a partir de la puesta en práctica de las buenas intenciones.
Cuando desde Good Neighbors proponemos buenos cambios para un mejor futuro, de los que estamos hablando es de ofrecer experiencias educativas que ayuden a desarrollar las habilidades socioemocionales de niñas y niños, que les brinden una mirada amplia hacia un mundo de oportunidades que -frecuentemente- no están al alcance de quienes crecen en condiciones vulnerables o en zonas aisladas. Esas experiencias aportan a la formación de personalidades con conciencia, dignidad y actitudes propias de la ciudadanía activa. Implican empoderar personas y transformar las comunidades.
Esas experiencias aportan a la formación de personalidades con conciencia, dignidad y actitudes propias de la ciudadanía activa. Implican empoderar personas y transformar las comunidades.
Nuestra aspiración no se enfoca en “niñas y niños buenos, tranquilos” ni en “alejados de la delincuencia” … con todo lo positivo que ello representa. No se trata de “ser buenos/as” sino de hacer el bien. Comprender, organizarse y movilizarse para fortalecer las comunidades, empezando desde la familia o grupo cercano, haciendo posible una participación activa, ciudadana y solidaria en la construcción del propio porvenir.
Cuando una niña o niño experimenta la confianza y apoyo de las personas adultas que los aman y cuidan, acrecientan los rasgos replicables de estas conductas. Sin mayor esfuerzo, la libertad y la compasión les llevarán a tomar decisiones éticas, a crecer respetando y ayudando a otros.
En Chile nos enorgullecemos de nuestra solidaridad, pero a veces pareciera que ésta aflora sólo en ciertos momentos, cuando las emergencias lo demandan o frente a instancias mediáticas que nos piden hacer el depósito de rigor. Hoy, les invito a mostrar su cariño y solidaridad con cientos de niñas y niños que participan de los programas de Good Neighbors o a apadrinar una escuela. Que podamos aumentar la capacidad de Good Neighbors y posibilitar experiencias ricas en solidaridad real para que más niñas y niños crezcan sabiendo que hay mucha gente que -apoyándolos de manera oportuna- están haciendo posible un Chile más justo y digno de ser vivido. Un pequeño gesto de generosidad y desprendimiento hará posible que la solidaridad no sólo se agradezca si no también que se retribuya multiplicada muchas veces.
Sobre Sergio Laurenti
Comunicador social. Ha trabajado la mayor parte de su vida en organizaciones de la sociedad civil en Argentina, Chile y el Reino Unido. Tiene mucho interés en temas de derechos humanos, solidaridad internacional y el desarrollo comunitario. Dirige Good Neighbors Chile desde enero 2018, cree que el cambio social es posible y busca activar un trabajo comprometido con las comunidades y actores locales.