Marzo en Chile marca el inicio de un nuevo año escolar, un momento esperado por miles de niñas y niños. Sin embargo, para muchos, la vuelta a clases no es una realidad accesible. Desde Good Neighbors Chile, organización comprometida con una educación de calidad e inclusiva, reconocemos los esfuerzos realizados para mejorar el sistema educativo en sus diversos niveles. A pesar de estos avances, las desigualdades persisten y afectan principalmente a los establecimientos públicos, que acogen a más de un tercio de la población estudiantil del país.
Crecimiento de la brecha educacional
A lo largo de los últimos años, se ha evidenciado una creciente brecha educacional en Chile, donde los desafíos de calidad, acceso y equidad son cada vez más evidentes. Según datos del Ministerio de Educación, en 2024, 47.509 estudiantes abandonaron el sistema escolar, lo que representa una disminución del 6,5% respecto al año anterior, pero sigue siendo una problemática preocupante (Ministerio de Educación, 2024). Además, cerca de un tercio de la matrícula escolar presentó inasistencia grave en septiembre de 2024, afectando a 848.000 estudiantes (Ministerio de Educación, 2024). Estos problemas son especialmente graves en zonas rurales y en sectores vulnerables, donde muchas veces los niños y niñas no tienen las mismas oportunidades que aquellos que estudian en sectores más favorecidos.
Convivencia escolar y salud mental: una crisis en aumento
Además, la convivencia escolar y la salud mental continúan siendo desafíos urgentes. Según un estudio de la Agencia de Calidad de la Educación, solo un 23% de los estudiantes de segundo medio reportó no haber sido victimizado durante el año escolar 2023, mientras que el 44% declaró haber sido víctima de acoso reiterado (Agencia de Calidad de la Educación, 2023). Estos problemas impactan directamente el bienestar emocional de los estudiantes y su rendimiento académico. La situación también afecta a los docentes: en 2022, el 16,6% de los profesores en Chile solicitó licencias médicas por problemas de salud mental, y un 70% reportó altos niveles de estrés (Colegio de Profesores, 2022).
La brecha digital y el acceso desigual a la tecnología
Otro factor determinante en la brecha educativa es la desigualdad en el acceso a tecnología y conectividad. Según la Encuesta Casen 2020, el 60% de los hogares del quintil más pobre no cuenta con acceso a internet fijo, lo que limita significativamente las oportunidades de aprendizaje de los estudiantes en situación de vulnerabilidad (Ministerio de Desarrollo Social, 2020).


